En prácticamente todo el mundo encontramos la figura del licántropo o del hombre lobo manifestándose de diversas maneras acorde a la cultura y mitología de cada lugar.
A lo largo de la historia, muchas han sido las culturas que han incluido en su folclore la figura del hombre lobo o licántropo, un individuo que según la mitología, se convierte en un humanoide con aspecto de lobo las noches de luna llena.
Cuando su traicionera esposa robó sus ropas, necesarias para restaurar su forma humana, escapó la caza de lobos del rey implorando misericordia al rey y acompañandolo desde entonces. Su comportamiento en la corte era mucho más apacible que, cuando su esposa y su nuevo marido aparecieron en esta, su ataque de odio sobre la pareja se vio como justamente motivado y la verdad, revelada.
La maldición de la licantropía también es considerada por algunos académicos como un castigo divino. La literatura de hombre-lobo muestra muchos ejemplos de Dios o santos supuestamente maldiciendo a aquellos que han provocado su ira con dicha transformación.
Sin embargo, hay poca gente que apoye estas teorías considerando que hombre lobo y licántropo son palabras con el mismo significado y que las diferencias de arriba dependen simplemente del tipo de licántropo que sea y del modo en que haya sido convertido.
En algunas versiones de la leyenda, el hombre lobo es un ser humano que ha sido maldito por un poder sobrenatural, como una bruja o un demonio. En otras versiones, el hombre lobo es un ser humano que se transforma en un lobo debido a una maldición o a una enfermedad.
Algunas de las formas del lamboyo son distintivas de otros animales por el aspect de que ellos andan alrededor de las casas; El hombre-búfalo tiene solamente un cuerno, y el Hombre-cerdo se transforma a sí mismo en un hormiguero, tales como los que cuelgan de los árboles. Algunos dicen que los licántropos realmente no toman la forma de un animal ellos mismos, pero, como el hechicero, solo envían un mensajero. El lamboyo ataca preferentemente a individuos solitarios, puesto que no le gusta ser observado.
En México se le conoce como Nahual a los brujos que se cree son capaces de convertirse en perros o en lobos.
La figura de Lycaon y su maldición son un recordatorio de los peligros de desafiar a los dioses y de los castigos que pueden recibir aquellos que se atrevan a desafiar su autoridad.
La licantropía también ha sido relacionada con algunos trastornos mentales, como la esquizofrenia y la paranoia. Estos trastornos pueden causar delirios y alucinaciones, lo que puede llevar a la creencia de que uno se está transformando en un animal.
Existen leyendas en el folclore español sobre una "familia" de licántropos que vivían en el Reino de Castilla a mediados del siglo X. Esta familia de licántropos llamados "Los Zerra" trabajaban para el rey Alfonso III para proteger la ciudad de Toledo de mercenarios. Los Zerra o Sierra eran una familia muy diplomática según la leyenda, caballeros educados todos, sobre todo el padre de la familia Fabio de la Zerra, cosa que es muy poco común entre los licántropos.
↑ Dracula, Ch three, Johnathon Harker's Journal, p. 42. «‘We Szekelys Use a ideal to get happy, for inside our veins flows the blood of many courageous races who fought as the lion fights, oggy1688 for lordship. Here, during the whirlpool of European races, the Ugric tribe bore down from Iceland the fighting spirit which Thor and Wodin gave them, which their Berserkers exhibited to such fell intent about the seaboards of Europe, aye, and of Asia and Africa much too, until the peoples imagined the werewolves by themselves had arrive.»
En algunos casos, las personas con estos trastornos pueden presentar comportamientos que se asemejan a los de los hombres lobo, como aullar, gruñir y morder. Sin embargo, es importante destacar que estos comportamientos son el resultado de la enfermedad mental y no de una transformación real.
Aunque es possible que su confesión haya sido producto de la tortura, su caso ilustra el poder de la creencia en la licantropía y su impacto en la vida de las personas.